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Justicia climática y solidaridad internacional

El viernes pasado, millones de personas volvieron a las calles de todo el mundo para participar en la huelga climática mundial. Solo en Alemania, más de 600,000 personas salieron a las calles en cientos de ciudades. Pero en muchos lugares la protesta climática comenzó antes y terminó solo el sábado.

‘Students4Future’ convocó a una huelga universitaria el 25 de noviembre y organizó clases públicas sobre clima. Solo en Alemania, más de 80 universidades se declararon en huelga y, en lugar del plan de estudios habitual, se debatieron las causas y soluciones de la crisis climática. ‘Make Rojava Green Again’ también participó en la búsqueda de formas de salir de la crisis ecológica mundial con conferencias sobre la revolución ecológica en Rojava.

Y después de la huelga del viernes, las acciones continuaron con el final del sitio en Lausitz / Alemania. Más de 6000 activistas respondieron al llamado para bloquear la mina de carbón en Lausitz.

“Rojava lidera el camino: democrática, ecológica, feminista”

En muchas acciones y manifestaciones desde Lisboa a Berlín, desde Bristol a Berna, el movimiento de justicia climática expresó su solidaridad y afiliación con Rojava y las protestas en Chile. En Halle, los letreros con el lema “Por una Rojava mundial” dejaron en claro el carácter simbólico de la Revolución Rojava para todo el mundo. Y también en Lübeck, la bandera de las YPG y YPJ ondeó sobre la pancarta con la inscripción “Rojava lidera el camino: democrática, ecológica, feminista”. Con el lema “justicia climática significa solidaridad internacional” y la referencia a los levantamientos en Hong Kong, Bolivia, Chile y la revolución en Rojava, los activistas en Augsburgo se unieron a las filas de la huelga climática. En Brighton, los jóvenes expresaron su apoyo a la campaña “RiseUp4Rojava” al decir: “Juventud Rise Up 4 Rojava” y colocar el colapso del clima en un contexto de explotación capitalista y colonialista.

En Lausitz, uno de los focos de acción se metió en la mina de carbón bajo el lema “Ya sea Lusitz o Rojava, la protección del clima significa Antifascita”. Así combinaron las luchas ecológicas y antifascistas y mostraron su solidaridad con Rojava.

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